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El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia podría traer serias consecuencias económicas a largo plazo en el sector de la construcción a nivel global. La interrupción de los flujos comerciales amenaza con un daño profundo en las cadenas de suministro, las cuales empezaban apenas a recuperarse de la crisis económica producida por el Covid-19.

A raíz de la grave situación política, son muchos los países que han acatado las sanciones contra Rusia como método de protesta por la invasión realizada al país vecino, Ucrania. Pero esta estrategia podría ocasionar un efecto dominó en la economía de los otros países.

Recesión e inflación

Rusia es el segundo productor mundial de petróleo y también provee un tercio del gas en el continente europeo. Las sanciones contra Rusia podrían provocar que este país deje de brindar suministro a los países europeos. El petróleo y el gas son vitales para el transporte, electricidad y son materia prima para la creación de productos plásticos y polímeros.

Expertos en economía advierten la posibilidad de que se entre en un periodo de recesión global y que haya una escalada de inflación. De acuerdo con las proyecciones de la agencia de calificación Moody’s, el precio de un barril del petróleo podría subir hasta los 150 dólares si este conflicto se sigue prolongando.

A corto plazo se podría evidenciar una subida de precio en los materiales de construcción en el continente europeo. En España el cemento,  la cerámica y el aluminio reportan un considerable aumento, cabe destacar que la nación importa la mayor parte de su aluminio de Rusia.

Proyectos que podrían postergarse

La planta de energía nuclear Akkuyu de Turquía, cuya construcción está encargada a Rusia podría extenderse más tiempo del previsto. Esta construcción posee una inversión de 18.000 millones de euros, según su plan original  la obra debería concluirse entre 2023 y 2026, la misma podría postergarse unos años debido al conflicto.

Otro de los proyectos en marcha es la planta de energía nuclear de Bangladesh, la misma que será construida a través de recursos financieros y técnicos de Rusia.

 La guerra actual podría retrasar la construcción de esta planta cuya primera unidad está programada para el próximo año y la segunda unidad para el 2024.

 Según el experto en energía M Tamim, lo acontecido no va a paralizar el proyecto, pero si se podría extender la culminación de la misma debido a que por las sanciones y  la situación bélica en general, la economía rusa podría debilitarse.

Retiro de activos de Rusia

Las empresas más grandes del mundo quieren retirar sus activos en territorio ruso: inversiones y proyectos futuros, todo ello a raíz del suceso bélico iniciado por el país.

Además de los activos, también las empresas han tenido que retirar su personal de las zonas en conflicto para asegurar el bienestar de sus trabajadores. 

No cabe duda que la guerra entre estos dos países afectará el sector industrial severamente, una industria que ya venía recuperándose luego del coronavirus.

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